Es el que juega el rol complementario (Ejemplo: el vaso de agua, en un protagonista sediento, un padre que secunda a un hijo en el pedido de libertad, ante un mandato materno).
J.L. Moreno en cambio denominó «sociometría» a esta misma disciplina. La concepción moderna de la antropología vincular incluye todos estos (y muchos otros) aportes como diferentes unidades didácticas de un confluente teórico común. Es necesario dejar bien en claro que tampoco debe confundirse la dinámica de grupo (teoría) con el «desarrollo dinámico de los fenómenos grupales». Estos fenómenos, para su mejor comprensión, pueden ser clasificados de la siguiente manera.
I ) Fenómenos de interacción grupal.
II) Fenómenos de aprendizaje grupal y
III) Fenómenos de producción grupal.
Esta clasificación puede ser aplicada a cualquier grupo humano, cualesquiera sean los objetivos que lo caractericen.
Los fenómenos de elaboración, de insight, de comprensión, de catarsis integrativa y de reestructuración, corresponden, en los grupos terapéuticos, a los fenómenos de producción. Teniendo, en este sentido, el mismo valor productivo que un hallazgo científico en un grupo de investigación; o un prototipo material en un grupo empresarial.
En un grupo de psicodrama el director conjuntamente con los yoauxiliares profesionales constituyen el equipo técnico terapéutico. En este sentido conforman el espectro profesional de la función de agente terapéutico aunque no la agotan (Ver agente terapéutico).
La palabra director de psicodrama deviene y en este sentido es usada por Moreno, de la terminología teatral. Sin embargo es importante considerar que la experiencia teatral en la que éste se basó pertenece al período del antiromanticismo. Del mismo modo que Antoine y Copeau en Francia o Stanivlasky en Rusia, Moreno en su etapa del hombre de teatro en Viena, consideraba al rol de director como el de un orquestador o facilitador del fenómeno teatral, tanto en el aspecto de la puesta en escena como en la tarea de dirección de actores. Fue éste un modo de reacción a las prácticas dictatoriales de los capo cómicos del teatro romántico del período decadente.
La palabra director por lo tanto debe ser entendida en este sentido y no interpretada con la connotación de un rol fuertemente directivo.
Algunas escuelas psicodramáticas prefieren utilizar la palabra coordinador para subrayar su acepción de facilitador de un proceso.
Para Moreno ser director de psicodrama implica jugar simultáneamente diversos roles: el de director de escena, el de terapeuta o coterapeuta y el de sociatra o analista social.
En el ejercicio del rol de sociatra o analista social coordinará el trabajo grupal durante el transcurso de la sesión. Estará atento constantemente al desenvolvimiento del grupo y a lo que éste puede y debe producir, facilitando el establecimiento de redes sociométricas, percibiendo sus modificaciones y clarificándolas constantemente, facilitando la libre expresión de los roles grupales.
Percibirá y promoverá la lectura del emergente grupal que exprese el punto de coincidencia entre el caldeamiento del grupo y el de uno o varios de sus integrantes que cristalizará en el surgimiento de un protagonista.
Contextuará permanentemente al grupo teniendo en cuenta el deslinde entre el contexto social, grupal y dramático.
Todas estas funciones las cumplirá con la participación y el intercambio grupal.
Durante la etapa del caldeamiento será cuando este rol de coordinador tendrá mayor preponderancia.
En el rol de director de escena, o acción dramática, debe establecer un fuerte vínculo con su protagonista que le permita, al ejercitar su tele, la percepción de los roles caldeados y sus áreas de urgencia para seleccionar correctamente las claves dramáticas (Ver claves dramáticas) que conducirán a la dramatización, al encuentro de la escena nuclear conflictiva (Ver escena nuclear conflictiva) que promueva en el protagonista una catarsis de integración y en el grupo actos de comprensión.
El proceso descriptor requiere una actitud de disponibilidad, que obliga al director a conocer profundamente los puntos oscuros de su percepción, sus roles en conflicto, o poco desarrollados, así como su trabajo personal sobre ellos, para poder instrumentarlos positivamente al servicio del protagonista y trabajar limpiamente los aspectos transferencias que le sean depositados.
En la dirección de un sociodrama o un rolplaying (Ver rolplaying y sociodrama) el director deberá cambiar el objetivo de su dirección para adecuarlo al objetivo grupal sacándolo del área de lo personal protagonismo para llevarlo exclusivamente al trabajo sobre los roles sociales. Lo expuesto será válido tanto para el aprendizaje de roles como para el estudio del funcionamiento del grupo en su sociodrama, donde del encuadre y la contestación brindada por el director dependerá el funcionamiento y la pertinencia del trabajo grupal.
Según lo sostenido por Moreno cualquier integrante de un grupo es un agente terapéutico de los demás, pero para el director de psicodrama esta función fundamental da sentido a su operar.
Su objetivo como terapeuta será el crecimiento, desarrollo y enriquecimiento de todos y cada uno de los miembros del grupo.
Esta función terapéutica, que está presente durante todas las etapas de la sesión psicodramática, adquiere preponderancia en la última, destinada al compartir y a los comentarios, en la cual el director debe instrumentar todo lo producido por el grupo, para que tome las características terapéuticas, encauzando los insights y los cambios de actitud promovidos y facilitados por la dramatización, para que los procesos elaborativos se canalicen y se sedimenten, adquiriendo sentido y realidad.
Todo el operar del director de psicodrama debe ser sustentado en una actitud que Carlos María Menegazzo propuso denominar actitud idiodramática (Ver actitud idiodramática).