Se apela al sincretismo, o sea a la matriz de identidad total indiferenciada, donde se unen las experiencias indiscriminadas y atemporales de «yo» y «no yo».
El yo auxiliar que dobla, se coloca al lado del protagonista, en la misma actitud corporal (etapa de mímesis), donde se maximiza el espacio télico. En una segunda etapa aparece la interrogación de las afirmaciones o negaciones del protagonista, y en una tercera etapa se entra en el interjuego dialéctico, donde los contenidos reprimidos o disociados, comienzan a hacerse conscientes.
Esto permite tomar contacto con imágenes del pasado o con proyecciones del futuro de tipo exploratorio.
Es esta una técnica especialmente utilizada en el procedimiento del «psicodrama ancestral» para la elaboración de escenas prebiográficas y arquetípicas.
La palabra «acto» denota en griego la acción que se está realizando. En latín le corresponde la palabra «Actio», el mismo vocablo cuya raíz «act» pasó a nuestro vocabulario como actividad actuaracto (Ver dramática).
En su libro «El Psicodrama», Moreno define el DRAMA como una extensión de la vida y de la acción, mas bien que como su imitación. Dice que, donde hay imitación, el énfasis no está en que imita, sino en la oportunidad de recapitular problemas no resueltos, dentro de un ambiente social más libre, más amplio y más flexible».
La dramática es el conjunto de teorías que apuntan al conocimiento del drama y de la representación dramática. Las técnicas dramáticas, en cambio, son nada más que las formas mediante las cuales se busca la promoción de hechos dramáticos determinados, las técnicas dramáticas se sustentan en la Dramática.
La primera ley de la Dramática y su principio esencial es la ley del como si. Según este principio todo lo que ocurre en el tiempo y espacio, propio de la dramatización, es ficción o simulación. Todos se adecuan a esta situación, es decir tanto los actores como los espectadores.
La representación dramática es un acto de comunicación entre el actor y el auditorio (o espectadores); el actor, en el rol, tiende a promover la resonancia en el auditorio. Si esto no se da no hay drama.
La R.D. es un quehacer, que tiene como finalidad generar un acto (o actos) de comprensión. Al ofrecer las posibilidades de las confrontaciones antagónicas permite que se haga actual en la conciencia aquello que había sido desconocido hasta ese momento.
Siendo la acción dramática un proceso que tiende a la integración totalizadora, las representaciones dramáticas son actos de participación, mediante las cuales actores, caja de resonancia y director (en el caso del psicodrama) son verdaderos ejecutantes del acto dramático.
Para que un fenómeno dramático tenga lugar, necesariamente deben intercalar (para su logro) todos los instrumentos que les son esenciales. Sin esta confluencia no podrá surgir jamás el hecho que se denomina «representación dramática».
El punto de partida de la acción (drama) es un conflicto; si no hay conflicto, nunca habrá acción dramática.
Implica a todos aquellos actos que se realizan en el «como si» psicodramático con un encuadre claro y preciso, y donde por consenso se ha delimitado un espacio (el escenario) como el lugar donde transcurrirá la acción dramática. Todo aquello que acontezca en el mismo, tendrá las limitaciones creadas por la presencia concreta de los que realizan la acción, pero tendrá la libertad total que otorga la atemporalidad de lo imaginario.
Por esto, Moreno, denominó dramatización a la actuación controlada y terapéutica que se hace acontecer en el escenario psicodramático para operar sobre ella.
Constituye la segunda etapa de la sesión de psicodrama y es patrimonio exclusivo del trabajo psicodramático que opera fundamentalmente sobre los vínculos a través de la acción.
La dramatización sale del campo puramente psicológico para integrar el acto. La acción dramática productora de actos creadores produce un cambio en el que la realiza y en su medio circundante.
El psicodrama considera al hombre como integrado por un conjunto de roles potenciales y actuales, producto de los numerosos actos creadores que lleva a cabo durante su vida.
La dramatización por medio del trabajo que se realiza en las tres áreas: corporal, imaginaria y simbólica, permite investigar, reparar y recrear todos aquellos aspectos que hubiesen quedado detenidos durante la construcción del átomo cultural (Ver átomo cultural).
En la dramatización se cumple un programa que incluye una secuencia ordenada de situaciones dramáticas:
1) Búsqueda indeterminada del rol.
2) Búsqueda determinada del rol.
3) Delimitación del rol en conflicto y su originario.
4) Inversión de roles y comprensión desde los roles complementarios.
5) Asunción creativa del propio rol.
El programa psicodramático de una dramatización debe encerrar estos cinco períodos.